jueves, julio 03, 2008

Libros y ecología

Los libros, hay demasiados libros
Algunos son como polillas escondidas en el armario
Demasiados libros, tantos que no he leído ni una millonésima parte
No he leído nada en realidad
La realidad contiene la nada
La nada no sabe nadar
No hay por ahora nada que salga para escribir
Estreñimiento por comer demasiados sueños
Y no intentar lograr siquiera alguno
El mantenimiento y clasificación de los libros son de esas labores que no puedo afrontar
Con buen ánimo, tampoco los papeles sueltos, las cuentas, los recibos
Árboles transformados en mierda
Si estuviera aquí mi madre mantendría la casa limpia, muy limpia
Los libros en orden
Sería la perfecta ama de casa
Y tendría una ayudante, acaso una cocinera
Y mi padre comería bien cada día
Y la vida sería otra
Imposible, inalcanzable como el Tajo
El recuerdo tajado frente al río de Pessoa
Demasiados libros había en la casa de mi infancia
Un día mi madre perdió la razón y los arrojó al basurero
Lo mismo hizo con los espejos,
Yo no entendía un carajo, tenía miedo
Pasaba todo el tiempo que podía fuera de casa
Comía en casa de amigos
Gorreaba
Siempre tuve la suerte de contar con la mano amiga de una familia
Jugaba, exploraba, hacia acrobacias que ponían en permanente peligro mi vida
Jugaba en las azoteas, los edificios eran de cinco plantas
Nunca tuve miedo Y los libros desaparecieron poco a poco
Sólo quedaba mierda metafísica de fácil digestión
Charlatanes millonarios tras las páginas
De un libro que prometía lograr el control mental.
Hay demasiados libros en el mundo y dudo que puedan valer más que los árboles que han sacrificado sus vidas por ellos
Creo que prefiero los árboles
Hay demasiados libros y no quiero maltratar la naturaleza
Libros, libros, naturaleza
Obsesión, obesidad de libros
No tengo nada que contar hoy.
Llovió un poco por la tarde, frescor, abusé de algunas cosas
No entraré en detalles

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