lunes, junio 06, 2005

Dominguilla

Hoy no quiero beber agua sola
estoy harto del agua sola
aunque digan que es buena
que dos litros mínimo
al día
Qué mal se está
a veces en domingo
me patean a gritos
los comentaristas de fútbol
una lluvia gris, sin chiste
de un inusitado color asbesto
Hoy quería morir
pero no lo hice
Me encerré en un hotel
las cobijas hedían a sexo
a fluidos vaginales
muy fuerte
encendí la pipa
miré la avenida
el metro pasaba vacío en una dirección
lleno en la otra
Contraté a una puta
era fea pero tenía un cuerpo
hermoso, luminoso, joven
la fecha de caducidad sonreía aún lejana
invisible sobre el envase
oculta en lo improbable
No hablamos mucho
fornicamos en forma convencional y egoísta
ella hizo lindos esfuerzos
luego me limpió la verga
muy cuidadosa,
qué eres, preguntó,
un oficinista que soñó que no lo era,
dije
no me entendió
en algún lugar de su memoria
la experiencia le susurró que se fuera
la evidencia gritaba que por hoy
y por mí
sería todo
Se duchó
se vistió
se calzó
la boca del frasquito de perfume
le recorrió a besos
la piel morena
(la vi de perfil
deseé matarla
la tumbé de la cama
con un puñetazo que hubiera
dejado sordo a Myke Tyson,
soy tan fuerte,
atontada, quiso gritar desde
el piso
la asfixié con la almohada
la eché de nuevo sobre la cama
sintonicé el canal porno
la follé tres veces más
fumé mi pipa
miré la avenida
el metro
los autos
la acomodé como pude
en el excusado
pero no se fue
el trato era una hora,
dije
deslicé la llave en la recepción
y salí con las manos apretadas
en los bolsillos)
me abrazó al despedirse
se fue sin volver el rostro
por el pasillo amarillo
yo me quedé dormido
sin sueños.

Fragmento patético

Querida:
Recibí tu mensaje pero mi teléfono se encuentra desde hace días en bancarrota y no pude responderte. Ayer también tuve un día eterno, dormí bastante. Como oso sólo me levanté para comer. Pero bueno, ya pasó y hoy es lunes de nuevo. Me parece curioso cómo pasa ahora el tiempo, antes las semanas con sus días perdían todo sentido, vivía yo un domingo que no terminaba. He estado pensando seriamente en morir, en estos tiempos contemplo la idea del suicidio sin dramatismos, sin actos heróicos, sin avisos; detenerme, sólo eso quiero, acabar con esta vida y con este cuerpo tan fiel cargado de recuerdos, no, no es por dolor, no por cobardía, creo que sólo es un hastío hasta de los atardeceres. Es un vacío, una falta de interés. ¿Merezco que se me culpe? No me importa tampoco. En fin, seguramente seguiré por aquí, no me tomes muy en serio. Alguna vez te has fijado en lo extraño que resulta pensar en un mundo sin uno, sin estar ya en él. Cómo podría seguir el mundo sin mí. Creo que me puedes entender, creo que has sentido cosas similares, yo llevo pensando tanto tiempo en esto, refugiándome en ideas escapistas como un consuelo a mi alcance. ¿A quién sino a ti puedo hablarle de estas cosas? Tú no vendrás con sermones ni filosofías de optimismo. Es más, no comentemos el contenido de estacarta. Déjaselo al silencio. Hoy estoy muy triste y quisiera dormir. Tuyo,