viernes, agosto 15, 2008

Moving People

Una democracia sin gobierno, el sueño, la anarquíautopía. Regresé hace dos días de mi viaje. Crucé la frontera en Tijuana, vi el terrible contraste, caminé bajo el sol del mediodía, entre gente que pasaba de un país a otro, sudando, con la camisa blanca de algodón pegada al cuerpo. Me tuve que bajar ahí y no hasta el aeropuerto como en un principio tenía planeado porque tenía que ir a entregar mi permiso: esto implicó una caminata angustiosa cargando 25 kilogramos de equipaje, bajo el sol, sobre rampas inclinadas, en una nube de smog, sudor, la camisa pegada. Luego tuve que tomar un taxi que me llevara al aeropuerto.

Debo admitir que Estados Unidos es un lugar bonito, no sé si feliz, en general en California la gente se ve más feliz que aquí. Hay mucha acera para caminar, hay mucha más educación vial, calles limpias, muchos árboles, cielos azules, fresca brisa de verano.

Cuando hablo de California me acuerdo de ella, estando allá padecí algunos sueños. Es insondable la voluntad del subconsciente.

Pensé mucho mientras esperaba mi avión. Vi a un voluptuoso travesti en una cafetería, traté de dormir un poco sin lograrlo. Compré una botella de 500 ml de agua que me costó 25 pesos. Hablé con mi mujer. Pensé en tener hijos. Me pregunté qué sería de mi vida futura, me lo sigo preguntando. Tocado muy joven por la poesía, pero no tanto como para llamarme precoz, escogí la carrera de la literatura y luego traté de desertar sin lograr desasirme por completo de ella, albergando sueños de gloria sin fundamento alguno, secretamente llevando este blog. Buscando entender en palabras el mundo como lo veo.

Leo en el baño un ensayo de Alfonso Reyes[1], cito:

Nunca quise disimularte que el andar en suertes poéticas es una temeridad y un peligro […] Si entras aquí, no será por juego, no será por pasar el rato. Mira a los que se han asomado a la poesía y después desertan (casi todos dan en políticos profesionales), cómo conservan para toda la vida una llaga irrestañable de odio. Si entras aquí, abandona toda esperanza: estás, para siempre, entre la perduta gente, entre los poetas.

No fue agradable regresar a México, no es una experiencia recomendable visitar Tijuana, quizá si eres turista gringo y tienes 20 años y muchas ganas de beber, follar y drogarte le encontrarías algún sentido recreativo, tal vez si fueses escritor guiñolesco, si fueras Goya.
Por ejemplo esto: veo a un gringo con su hijo de la mano, van de regreso a Estados Unidos, no recuerdo la expresión, los recuerdo como una idea, la idea de esta historia:
Un día un niño preguntó su a su padre por qué los mexicanos emigraban masivamente hacia Estados Unidos; el padre lo lleva a Tijuana, el niño mira y entonces dice que ahora lo entiende, el tampoco querría vivir ahí. Tijuana es una aberración, una hemorragia, una terrible muralla de ignominia, de desigualdad, de dominio, de poder. Es el espejito en que se mira México. Siempre que he salido del país he sentido esta misma sensación. ¿A qué volver?



P R O Xi M A m E n Te

Lemming nation, lemming planet.
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[1] Reyes, Alfonso. Algunos ensayos. Unam, 2002, col. Poemas y ensayos. México, p 231.

lunes, agosto 11, 2008

La red no deja de sorprenderme, tenia que ser una burrada de los gringos

You eat eight spiders every year in your sleep. True?

Nope, says MythBusters. There's no evidence that spiders secretly crawl into our mouths while we're sleeping. Even if you were lying perfectly still, your breathing would scare a spider off, so it's unlikely to hang out around your mouth. Alas, the bad news: You probably consume more spiders when you are awake -- in your food. Here's why: The Food and Drug Administration guidelines allow a certain level of whole insects or parts in some food products, such as those containing fruits or vegetables. Yum.

sábado, agosto 09, 2008

In the west coast

Te han salido bien las cosas desde que resides en este lado del mundo,
no te culpo, yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar,
o quizá no, quizá seguir aquí, entre las cenizas de una ciudad interminable,
recordando lo que la vida pudo ser.
En la oficina,
en el camión,
en la desoladora compañía de las mujeres
en el supermercado,
en el invierno frío de los trópicos elevados,
en los edificios elegantes bebiendo tragos de a dólar,
jugando cartas in Vegas,
entre las piernas de una prostituta de cien dólares en Acapulco,
en todos los sitios que conozco,
en los que jamás conoceré,
en el anochecer,
al mediodía,
en la ducha,
durante el insomnio,
durante el sueño,
en ayunas,
siempre ella,
su rostro revuelto con sus piernas,
con su vagina prodigiosa con su boca y mi escroto.
Un hermoso tractum rectal dilatado suavemente por mi lengua primero y después
de un buen golpe abierto,
violentado por mi verga.
No.
Un heroico tratado recital suavemente por mi lengua primera contado y después…
Eran casi todos recuerdos sexuales.
Pornografia,
memoria de imágenes apenas vinculadas con alguna sensación real.
Un espejismo, una sed constante.
Lo más importante de tener una mujer hermosa está estrechamente vinculado con la imagen que tienen los otros de nosotros,
lo dice en algún lugar Kundera
y es verdad.