martes, mayo 12, 2009

Perro de traspatio

Desde la ventana de mi cuarto veo el patio de la casa de atrás. Sobre un montículo de escombros, cercado, confinado al olvido del patio trasero, está un perro negro, mirando hacia la calle. No importa que llueva ni que el sol en perfecta vertical le caiga a quemarropa, el perro siempre está ahí, mirando la calle, atento a cualquier cosa que pase, lo que pasa por la calle es lo único que pasa en la vida del perro. A veces me he preguntado qué es lo que pasará por su mente de perro cuando en la calle nada pasa, en qué piensa cuando observa concentrado un punto fijo en la calle desierta, durante horas. Luego pienso en el niño que vive dentro de mí y que se aburre mirando a través de una ventana; a veces el niño se parece tanto al perro que vive en el patio atrás de esa casa que desde mi ventana veo. ¡Dios, yo soy ese perro!

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