viernes, noviembre 06, 2009

Cuando me da el váguido

En las dos últimas semanas me he sentido enfermo. De repente, a cualquier hora comienzo a sentir dificultad para respirar, como si mis pulmones no pudieran llenarse completamente de aire. La semana pasada en la noche me puse peor, se me entumecieron los labios y me hormigueaban las extremidades, la sensación de ahogamiento aumentó, me sentía mareado y pensé sinceramente que moriría en Puertro Morelos en los brazos de la mujer que amo, tuve miedo. Durante mucho tiempo había pensado que lo mejor que podría yo hacer era morir, en verdad creía que no sería capaz de desarrollarme exitosamente en ninguna actividad económicamente productiva o no productiva. Soy muy proclive a la dispersión, las cosas me aburren muy pronto, me cuesta trabajo lidiar con las personas y tengo muy pocos amigos, qué podría esperar. No creía que valiera la pena matarse trabajando para entrar en la cadena alimenticia y sin siquiera llegar a ser famoso o rico o cuando menos respetado, al diablo, pensaba, pinche vida está mal hecha. A fuerza de vivir uno se acostumbra, va encontrando pequeños gustos, a medida que el cuerpo se deteriora más se aferra a la vida. Jadeante, a las tres de la mañana, en la noche completamente silenciosa de mi colonia, pensé que no quería morir aún, que no quería morir ahí, en ese pueblo olvidado, que no quería dejar sola a mi mujer, que aún quería hacer algunas cosas, qué cosas, no lo sé, ni sé si lograré hacerlas, pero en ese momento sentía ganas de reconciliarme con todos y con todo. Recordé a mi abuelo que renegó de la iglesia toda la vida y el día de su muerte, agonizante, pidió que le llevaran a un cura. El malestar sigue, a veces mejora con un aerosol como el que usan los asmáticos y que me recetó un médico que no supo lo que me pasaba. Y esto es todo, no hay conclusión.

3 comentarios:

Diego Velázquez Betancourt dijo...

Amigo, déjame que te cuente que yo también padecí la ansiedad. Ansiedad. Ansiedad. Me voy a morir. Ansiedad. Me voy a morir, es cierto, pero no ahorita. Ansiedad.

vEra la tanguEra dijo...

Sí, yo también pensé en ansiedad... lo he visto... y sentido... sí, pero no en esa intensidad... ¿has leído El mito de Sisifo? Jajajajajaja... te lo recomiendo... pensaba antes... más joven, eso, que no valía la pena la vida, pensaba que era infeliz... y en las turbulencias de un avión pensé que era una ridícula... que lo que menos quería era vivir... aunque fuera confundida... estaba leyendo ese libro y me reí de mi misma... es de Albert Camus...
Saludos y mucha buena vibra.
¿a poco no está chingonsísimo estar enamorada/o? ¡vale la pena!

arandaymd dijo...

Permíteme solo por un segundo una intromisión lejos del significante y el significado (que es capaz de reproducir la angustia y la libertad en paralelo) en total respeto a la Otredad. Infórmate sobre:

Trastorno de ansiedad generalizada con ataques de pánico y/o fobia social y las distintas modalidades de tratamiento.

De antemano una disculpa si me entrometí en contrasentido.