viernes, septiembre 18, 2009

A enflacar mientras engordo las estadísticas del desempleo

El martes pasado tras otra de sus acostumbradas sesiones de cocowash y de aquello de que la calle está muy cabrona, que la crisis, que ustedes están muy bien pagados, etcétera, mi jefe, hoy ya ex jefe, me propuso joderme más por el mismo dinero. Entre otras cosas yo tenía que renunciar a mi día de descanso del miércoles, un día que iba poder pasar con mi mujer, con quien no pasaba un día desde hacía dos meses, también tendría que cubrir a otras personas que iba a despedir y pasarme a la cocina y trabajar con el joven Percebe a quien no soporto. Dudé pero le di las gracias y me fui, no más jugar con él al restaurante, para ser honesto todo el proyecto me tenía profundamente decepcionado. Fue una experiencia corta pero siento como si hubiera sido mucho tiempo. Estoy entumido, anquilosado para escribir, debo disculparme con los lectores, con los que accidentalmente lean esto, no sé cuando, pero sin duda tendré que poner aquí, para que conste en el blog esta época difícil, un texto dedicado a estos largos tres meses que pasé tratando de echar a andar un proyecto en el que tal vez nunca debí meterme.

¿Dónde están todos los que estaban por aquí?
Toc, toc, toc

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo, amigo, amigo, ¿qué te puedo decir? Tú no estás desempleado. Tienes en la cabezota la posibilidad de hacer una obra maestra. Y luego nomás pasar por el cheque. ¿Te conté que se vendió ya toda la edición de mi libro? Y eso que no es obra maestra, pero me ha alimentado todo este mes.