Cuando no conozco el número de teléfono no lo contesto, a veces cuando reconozco el número de teléfono tampoco contesto, así que para que yo conteste no hay un método infalible. A veces lo observo mientras suena como a un extraño, cruel, desesperado ídolo; ¿qué de bueno puede haber tras ese sonido?
No, no quiero ser un héroe de acción,
no quiero,
en el terreno cenagoso
de la Historia,
ver mi nombre flotando:
Quiero el dulce anonimato de las horas.
miércoles, mayo 14, 2008
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