sábado, noviembre 12, 2005

Esa duración pertinaz

… pero los nombres, los verdaderos fantasmas que son los nombres, esa duración pertinaz.
Julio Cortázar

La miseria nos acecha con sus dientes afilados por doquier; la miseria omnisciente, omnipresente. Huye de la miseria como del árbol triste bajo la tormenta.
Los seres que tanto amamos se vuelven recuerdos extraños, deformes, decapitados y al final, casi siempre, recuerdos sin adjetivos. El nombre se vuelve a veces una rata muerta que uno encuentra al abrir un cajón. ¿Cómo eran esos ojos? Un tabique nasal, a veces un gesto, pero eso, el tabique nasal afilado y los ojos un poco entre sombras, una mirada de celosía, que veía sin dejarse ver; tus ojos mecidos sobre las ojeras, sobre las tortugas que se instalan bajo los insomnios, los ojos. Sobre todo eso, siempre los ojos y a veces también el sexo, casi siempre el sexo.

1 comentario:

fbf dijo...

Siempre el sexo. Sin sexo el mundo se volvería loco...